Antiguo pueblo del sur del golfo de México que originó la
más antigua civilización en Mesoamérica (México y América Central), y cuyo
esplendor se fecha desde aproximadamente el 1500 hasta el 900 a.C. Su área
central ocupó unos 18.000 km2, en las pantanosas selvas de las cuencas
ribereñas de los actuales estados mexicanos de Veracruz y Tabasco. Su
influencia se extendió gradualmente hasta las tierras altas de México, esto es,
el valle de México, conocido como el Anáhuac, y los actuales estados de Oaxaca
y Guerrero, por lo que influyeron en otras culturas posteriores como la
mixteca y zapoteca.
Los olmecas fueron
muy inteligentes y cultos, aprendieron a observar el cielo y con ello lograron
establecer un calendario muy preciso que contemplaba la duración del año, el
mes lunar, el ciclo agrícola y las fechas de las ceremonias religiosas que
realizaban.
Tenían un sistema de escritura de jeroglíficos e ideográfica, es decir que por
medio de dibujos daban a entender alguna idea.
Organización Social
El considerable esfuerzo
humano y organizativo requerido por los grandes monumentos exigía una
estructura social muy centralizada. Según los testimonios arqueológicos, la
cultura olmeca se dividían en dos grupos: el superior, formado por uno o
varios linajes (conjunto de familias emparentadas), que monopolizaba el
poder político y religioso; y el inferior, que incluía a la mayor parte de
la población. El primero, encarnación de la comunidad e intermediario de las
relaciones entre los hombres y los dioses, controlaba también la vida
económica, pues se apoderaba de los excedentes agrarios, dominaba la actividad
artesanal, forzaba a los plebeyos a trabajar en las obras públicas y distribuía
a su gusto los productos obtenidos gracias al comercio.
La Religión
Las creencias religiosas de
la cultura olmeca, pilar del poder despótico ejercido por sus gobernantes, se
basaba en el culto al jaguar, credo que acaso exigiese la realización de
sacrificios humanos. Asimismo, hay evidencias que indican la presencia de otros
dioses relacionados con el agua, la vegetación y la muerte; deidades que se
extenderán posteriormente al resto de Mesoamérica.
Manifestaciones Culturales
La principal manifestación artística es la escultura en
piedra, perfectamente representada en las llamadas cabezas colosales,
gigantescas tallas de hasta 11 toneladas de peso que reproducen de manera
realista los retratos de los gobernantes.
A partir de la segunda mitad del Formativo, la necesidad
de obtener jade y otras materias de lujo impulsó a los olmecas a asentarse en
el Altiplano Central, costa pacífica de Guatemala y Oaxaca, territorios donde
ejercieron una fuerte influencia. Tan sólo el Occidente de México (Michoacán, Colima,
Jalisco, Nayarit y Guanajuato) desarrolló una cultura propia.
La cultura olmeca merece el calificativo de cultura
madre porque las sociedades posteriores -la maya incluida— se limitaron a
profundizar en las ideas políticas, económicas y religiosas creadas por el
«pueblo del hule».